El rodaballo es un pescado semigraso, muy digestivo y con alto contenido en proteínas. Por sus pocas espinas, es junto al rape y el emperador, el adecuado para iniciar a los niños en el pescado.
El ácido fólico en el rodaballo y remol ayuda a los glóbulos blancos y rojos. La vitamina A mejora la visión nocturna y el desarrollo del sistema nervioso. Además posee vitamina B, fósforo, calcio, potasio, magnesio, hierro y sodio.
Este pescado es el ‘rey’ del asado en el norte de España, que es la mejor manera de disfrutar de todo su sabor y textura. Las piezas grandes se suelen servir cortadas en trozos más pequeños.